Reseña: Las siete hermanas (la historia de Maia), de Lucinda Riley

Buenas lectores.
Hoy me paso por aquí para hablaros de una historia que me ha encandilado desde su primera página. una historia que nos llevará a visitar muchos países, pero en esta primera entrada solo iremos al Nuevo Mundo.

Durante los muchos años que he pasado en este mundo he aprendido que por cada manzana podrida hay miles cuyos corazones rebosan bondad. Debes confiar en la nobleza intrínseca que hay en cada uno de nosotros. Solo entonces podrás vivir y amar plenamente.

Datos del libro:

  • Título:: La historia de Maia
  • Autora:: Lucinda Riley
  • Número de páginas: 560
  • Editorial: Plaza & Janés
  • Colección: Las siete hermanas

El amor no conoce distancias;
No tiene continente;
Sus ojos son para las estrellas.

Sinopsis:

Maia D’Apliese y sus hermanas regresan a la impresionante mansión familiar donde crecieron al descubrir que su adorado padre, que las adoptó en distintos lugares cuando no eran más que bebés, acaba de fallecer. Cada una recibe un sobre que contiene una prometedora pista sobre su origen. A Maia, la mayor de las hermanas y nuestra protagonista, la suya le lleva a una casa en ruinas en Río de Janeiro. Allí comenzará a recomponer las piezas de su historia.
Ochenta años antes, en la Belle Époque de Río de Janeiro, el padre de Izabela Bonifacio aspira a que su hija se case con un aristócrata. Por su lado, el arquitecto Heitor da Silva Costa trabaja en la concepción de una inmensa estatua que se llamará el Cristo Redentor, y su búsqueda del escultor idóneo para llevar a cabo tan ambiciosa obra lo conduce hasta París. Apasionada y deseosa de conocer mundo, Izabela convence a su padre para que la deje acompañarlo a París antes de casarse. Allí, entre el estudio de Paul Landowski y los bulliciosos cafés de Montparnasse, Izabela conocerá al ambicioso y joven escultor Laurent Brouilly, y sabrá desde el primer instante que su vida ha cambiado para siempre.

—Todos pensamos que nuestros errores son los peores precisamente porque los hemos cometido nosotros. Todos vivimos bajo el yugo de la culpabilidad que nos provocan nuestras acciones, Maia, sobre todo si elegimos esconderla en nuestro interior durante tanto tiempo como lo has hecho tú. Estoy aquí sentado, junto a ti, y solo siento tristeza.

La autora:

Lucinda Riley (1965-2021) fue actriz de cine y teatro durante su juventud y escribió su primer libro a los veinticuatro años. Sus novelas han sido traducidas a treinta y siete idiomas y se han vendido más de cuarenta millones de ejemplares en todo el mundo. La saga Las Siete Hermanas, que cuenta la historia de varias hermanas adoptadas y está inspirada en los mitos en torno a la famosa constelación del mismo nombre, se ha convertido en un fenómeno global y actualmente está en proceso de adaptación por una importante productora de televisión.
Sus libros han sido nominados a numerosos galardones, incluido el premio Bancarella, en Italia; el premio Lovely Books, en Alemania, y el Premio a la Novela Romántica del Año, en el Reino Unido.
En colaboración con su hijo Harry Whittaker, también creó y escribió una serie de libros infantiles titulada The Guardian Angels.
Aunque crio a sus hijos principalmente en Norfolk, Inglaterra, en 2015 Lucinda cumplió su sueño de comprar una remota granja en West Cork, Irlanda, el lugar que siempre consideró su hogar espiritual y donde escribió sus últimos cinco libros.

Personajes;:

Maia, la guapa; Ally, la líder; Star, la conciliadora; CeCe, la pragmática; Tiggy, la cuidadora; y Electra, la bola de fuego.

    • Maia:
  • Es la mayor de las hermanas y la protagonista de nuestra historia.
    Se caracteriza por ser una persona muy retraída y solitaria pero, a pesar de que nunca sale al mundo exterior, es la fuente de apoyo y cordura que todas sus hermanas buscan en algún momento. Su profesión (traductora) le permite estar encerrada siempre bajo el ala protectora de su casa de la infancia pero, a su vez, esta misma profesión es la que la impulsa, junto con las pistas de Pa Salt, a salir al mundo exterior y dejar de huir del pasado, así como tener miedo al futuro.

 

    • Izabela Bonifacio:
  • es la protagonista de nuestra historia del pasado. Se caracteriza por ser una mujer muy atractiva que busca constantemente su libertad, pues en Río se siente presa en una jaula de oro.
    A lo largo de la historia conocemos las idas y venidas de Izabela y su familia, quienes la obligan a casarse con un hombre de la burguesía de la Belle Époque de Río Pero, unos meses antes de casarse, deciden dejarla embarcarse hacia Francia para que pueda ampliar sus fronteras y conocimientos artísticos y, a su vez, que tenga historias que contar a su marido para entretenerlo. Es así como llegan a los barrios artísticos de la ciudad de las luces. Allí, en un café de Montparnasse, Izabela conoce a Laurent Brouilly, quien cambiará su sentir para siempre.

 

    • Gustavo Aires Cabral:
  • es el aristócrata con el que debe casarse Izabela. Se caracteriza por ser un borracho y estar siempre manipulado por sus padres. De su mano conocemos las juergas que se corrían los aristócratas en el Río de 1927 y el poder que tiene el dinero para conseguir a la mujer que desea, incluso contra su voluntad.

 

    • Laurent Brouilly:
  • es un aprendiz del taller de Landowski. De su mano conocemos el París de 1927 y su vida bohemia.
    Es un personaje que valora más el arte que el dinero, una mujer culta y con capacidad para debatir antes que una bonita; vive en una habitación compartida o en el atelier de Landowski y, por todo esto, es una figura muy importante en la vida de Izabela y le demostrará hasta que punto está dispuesto a luchar por sus sentimientos.

 

    • Floriano Quintela:
  • es el escritor brasileño al que visita maia en Río. Se caracteriza por ser un historiador muy conocido, lo que le permite ayudar a Maia a indagar en su pasado con mayor precisión.
    Él es quien nos ayuda a seguir la pista de la tesela que Pa Salt dejó a Maia, así como a sumergirnos en la vida actual de Río y conocer las posibilidades de cada ciudadano según su zona de origen.

 

    • Ma:
  • es la niñera que se encargaba de nuestra protagonista y sus hermanas,. Se caracteriza por ser muy paciente y ofrecer el apoyo y cuidado que no puede darles su padre cuando se encuentra en el extranjero, ya sea buscando nuevas hermanas o ampliando las fronteras de su negocio.

 

    • Pa Salt: >/ul>
  • es el padre de nuestra protagonista y ha fallecido al comienzo de esta historia. Se caracteriza por ser muy metódico y por eso a nadie sorprende que haya dejado preparado hasta el último detalle de su funeral.
    Tras morir deja un regalo para cada una de sus hijas y una esfera armilar con coordenadas. Cada una de ellas tiene una pista de donde empezó su vida y ahora está en sus manos seguir el camino que escoja.

Maia, como es natural, cuando miro atrás lamento muchas de las decisiones que he tomado en la vida. Cometer errores forma parte de la condición humana, pues así es como aprendemos y crecemos. Pero nada deseo más que, al menos, transmitir a mis queridas hijas cualquier saber que haya podido adquirir.

Opinión personal:

En esta primera entrega de la heptalogía conocemos a Maia, una joven suiza que encontrará su vida patas arriba tras la muerte de su padre. Debe salir de la comodidad del hogar familiar si no quiere que sus monstruos del pasado se la traguen, así que decide emprender un viaje por Brasil y conocer los orígenes de su familia.
El viaje de Maia está lleno de giros inesperados y encuentros sorprendentes. A medida que se enfrenta a los obstáculos que se le presentan, descubre secretos ancestrales que desvelan la verdad sobre su propia identidad y su papel en un antiguo linaje. La protagonista se enfrenta a desafíos emocionales y físicos, mostrando su valentía y determinación a lo largo de todo el relato.
En Río también conocemos la historia de Izabela y Gustavo Aires Cabral, dos cariocas del pasado que tienen mucho que enseñar a Maia sobre la importancia de luchar por nuestros sentimientos hasta el último aliento. Y, sobre todo, también le enseñan que hay varias formas de ver una misma historia y no siempre es la versión verdadera la que conoce el mundo exterior.
Siguiendo a Maia y a Izabela, conocemos el Brasil de la actualidad, y de la Belle Époque,y París, con sus bulliciosos cafés de Monparnasse, la vida bohemia y cultural y los talleres  de los escultores como Paul Landowski y su aprendiz Laurent Brouilly, que tanta influencia van a tener en esta historia.
De la mano de Izabela y Brouilly también conocemos el proceso de creación de una de las esculturas más importantes de la época: el Cristo Redentor del arquitecto Heitor da Silva Costa.
Además de la trama principal, «La historia de Maia» también aborda temas universales como el amor, la amistad y la búsqueda de la propia identidad. Estos elementos hacen que la historia sea accesible y atractiva para una amplia gama de lectores, desde jóvenes adultos hasta aquellos que disfrutan de la literatura fantástica y de aventuras.
En resumen, «La historia de Maia» es una novela emocionante y cautivadora que combina hábilmente la fantasía con elementos de la vida cotidiana. Con personajes memorables y un mundo rico en detalles, el libro ofrece una lectura absorbente que mantendrá al lector enganchado hasta la última página.

Citas:

Nunca permitas que el miedo decida tu destino.

Todos guardamos secretos en nuestro interior, pero, por favor, créeme cuando te digo que la familia lo es todo. Y que el amor de unos padres por sus hijos es la fuerza más poderosa de la tierra.

Y es que, cuando llegué al pontón y subí a bordo de la lancha, lo hice sabiendo que, aunque mi vida había sido moldeada por acontecimientos que escapaban a mi control, era yo quien había decidido reaccionar ante ellos como lo había hecho.

Te deseo muchas cosas para el futuro, pero, por encima de todo, espero que encuentres el amor. Es lo único que hace soportable el dolor de estar vivo. No lo olvides nunca.

En mi mente tenía la imagen de un capullo de rosa justo antes de que empiece a abrirse y se convierta en una flor perfecta. El momento de transición entre la niña y la mujer; a las puertas de lo segundo, preguntándose qué placeres esconde.

Mis sentimientos hacia él habían surgido de repente —como el capullo de una rosa que florece de la noche a la mañana y lo inunda todo con sus gloriosos colores— y se me antojaban abrumadores, aunque también perfectamente naturales.

El problema de los artistas es que están enamorados de la idea de estar enamorado, pero eso jamás podrá llevar a ninguna parte, por muy intensa que sea vuestra pasión.

—Como todo verdadero artista sabe, las reglas están para saltárselas y las barreras para derribarlas. Solo tenemos una vida, mademoiselle, y debemos vivirla como nosotros elijamos.

—Estoy convencido de que si una persona nace con el don de la creatividad —comentó Laurent—, es como si su alma fuera un cielo repleto de estrellas fugaces, un planeta que gira constantemente hacia cualquier musa que atrape su imaginación. Muchas de las personas de esta sala no solo saben dibujar y esculpir, también escriben poesía, extraen bellos sonidos de un instrumento, hacen llorar al público con sus dotes interpretativas y cantan como los pájaros.

Aunque no me cabía duda de que, de haberlo querido, un hombre como Pa podría haber llenado nuestra casa de obras de arte costosas y exquisitas antigüedades, en realidad en Atlantis había pocas piezas de valor. De hecho, siempre me había parecido que sentía aversión por las posesiones materiales excesivamente caras. Se burlaba de sus coetáneos acaudalados cuando pagaban sumas exorbitantes por célebres obras de arte, diciéndome que la mayoría acababan encerradas en sus cámaras acorazadas por miedo a que se las robaran.
—El arte debería estar a la vista de todos —me decía—. Es un regalo para el alma por parte del pintor. Un cuadro que ha de ocultarse fuera de la vista carece de valor.
Cuando me atreví a mencionar que él poseía un avión privado y un yate de lujo, enarcó una ceja.
—Pero, Maia, ¿no te das cuenta de que ambas cosas son un mero medio de transporte? Ofrecen un servicio, son un medio para un fin. Y si mañana se incendiaran, podría sustituirlas fácilmente. A mí me basta con mis seis obras de arte humanas: mis hijas. Las únicas cosas del mundo que tienen verdadero valor, porque todas sois irreemplazables. Las personas a las que quieres son irreemplazables, Maia. Nunca lo olvides, ¿de acuerdo?

Eran palabras que me había dicho hacía muchos años y que habían permanecido conmigo. Deseé con todas mis fuerzas haberlas recordado cuando debí hacerlo.»

Maia, sabes que no se ha ido, ¿verdad? Ningún espíritu muere, simplemente pasa a otro plano.»
«—Este es mi hogar, el lugar al que pertenezco, así que yo he abierto la mía aquí. Pero me siento terriblemente culpable, Tiggy —confesé.
—¿Por qué?
—Porque… porque he estado llorando por mí. No por Pa, sino por mí.
—Maia, ¿realmente crees que la gente llora por alguna otra razón cuando pierde a un ser querido?
—Desde luego. Lloran por el fin de una vida, por el dolor que padeció la persona.
Tiggy esbozó una pequeña sonrisa.
—Sé que te cuesta creer lo que yo creo, que hay vida después de la muerte y que nuestras almas siguen viviendo. Pero yo imagino que Pa está ahora en algún lugar del universo, desembarazado de su molesto cuerpo físico, libre por primera vez. Porque a menudo veía en su mirada que debía de haber sufrido mucho en la vida. Y lo único que puedo decirte es que cuando uno de mis ciervos fallece y se libera del sufrimiento de la existencia, yo sé que lloro por mi propia pérdida, porque lo echaré mucho de menos. Maia, aunque no puedas creer que hay algo más allá de este mundo, intenta entender que la pena es para los que se quedan. Estamos tristes por nosotras, por lo que hemos perdido. Y, desde luego, no has de sentirte culpable por ello.

—Mademoiselle, una vida sin amor es como un francés sin vino o un ser humano sin oxígeno. Aunque tal vez tenga razón —suspiró—. Hay gente que acepta vivir sin amor y está dispuesta a conformarse con otras cosas, como el dinero y la posición social. Pero no es mi caso. —Repitió el gesto de negación—. Yo nunca podría sacrificarme en aras del materialismo. Si decido compartir mi vida con alguien, quiero despertarme cada mañana y mirar a los ojos a la mujer que amo. Me sorprende que usted esté dispuesta a conformarse con menos. Ya me he dado cuenta de que en su interior late un corazón apasionado.

—Brasil se está convirtiendo en un país muy próspero, ¿verdad? —pregunté.
—Sí, aunque, como ocurre con todas las economías emergentes, al principio solo un porcentaje minúsculo de la población se beneficia de la riqueza. Para la inmensa mayoría pobre, las cosas apenas cambian. Es lo mismo que ocurre en la India o en Rusia. En cualquier caso —continuó con un suspiro—, será mejor que dejemos el tema de la injusticia social en Brasil. Es mi caballo de batalla favorito y ahora mismo tenemos otro tema entre manos.

Lo de esconderse del mundo nunca funciona, porque, aunque lo consigas, tú tienes que seguir mirándote en el espejo todos los días.

—Supongo que no siempre nos merecemos lo que nos pasa. Pero ¿quién sabe? Quizá en el futuro sí nos ocurran cosas que nos merezcamos.

Mucha gente cree que la escultura solo se ocupa de la parte externa, física, de una persona. Y desde un punto de vista técnico, así es. Pero un buen escultor sabe que el arte de obtener un buen parecido depende de la interpretación de la esencia del objeto que está retratando.
—Por poner un ejemplo sencillo —continuó él—: si estuviera esculpiendo a una joven y viera en sus ojos que posee un corazón bondadoso que sufre por los demás, quizá le pondría un animal, tal vez una paloma, en las manos, y le pediría que lo sostuviera con ternura. En cambio, si percibiera codicia en los ojos de una mujer, puede que le pusiera una pulsera vistosa en la muñeca, o un anillo grande en el dedo. Así pues.

—Estoy siendo su amiga, Bel, como usted ha hecho conmigo. He visto el sufrimiento en su mirada cada día desde que se casó. Quiero que sea feliz. La vida es muy corta y el matrimonio con alguien a quien no se ama muy largo. Por tanto —dijo poniéndose en pie—, tome la decisión que considere adecuada y yo haré cuanto esté en mi mano por ayudarla.

Las escasas aptitudes como amante que Gustavo hubiera podido mostrar en otros tiempos se habían hundido —junto con sus recuerdos de tales momentos— en el lodo de la embriaguez.

En aquel momento, me sentí parte de aquella vorágine, intrínsecamente unida al cielo y a la tierra, incapaz de comprender el milagro de su creación, pero emocionada por poder formar parte de él.

—Todos pensamos que nuestros errores son los peores precisamente porque los hemos cometido nosotros. Todos vivimos bajo el yugo de la culpabilidad que nos provocan nuestras acciones, Maia, sobre todo si elegimos esconderla en nuestro interior durante tanto tiempo como lo has hecho tú. Estoy aquí sentado, junto a ti, y solo siento tristeza, no te estoy juzgando. Y creo con sinceridad que cualquiera que escuche tu historia pensará lo mismo que yo. Eres la única que se culpa, ¿no te das cuenta?
—Supongo que sí, pero ¿qué puedo hacer al respecto?
—Perdonarte. Es tan sencillo como eso. No serás capaz de pasar página hasta que lo consigas. Lo sé, lo he vivido.

La vida es una sucesión de casualidades, Maia, una lotería.

Por favor, créeme cuando te digo que la familia lo es todo. Y que el amor de unos padres por sus hijos es la fuerza más poderosa de la tierra.

Y si yo había mandado mi futuro al traste dejándome llevar por los miedos del pasado, era responsabilidad mía y tenía que aceptarla.

Ojalá pudiera aprender a sentir de nuevo y a dejar de ser una autómata que por fuera parecía un ser humano sereno y eficiente. El hecho de verme incapaz de reaccionar a la muerte de Pa con emotividad demostraba de una forma clara la gravedad de mi problema.

Deja un comentario